lunes, septiembre 03, 2007

Mi peor susto

En realidad tengo muchos grandes sustos: sobreviví a un terremoto, un día alguien que yo creo que era un sicario me apuntó a la cabeza con una metralleta, otro día tres personas que yo creo eran militares borrachos me apuntaron con pistolas y revólveres, otro día tuve que saltar un muro porque nadie podía enterarse que yo estaba en esa casa a esas horas (6:30 am), también una vez tuve que correr y correr, mucho, mucho cuando con mi papá nos metimos a un potrero en donde no sabíamos que habían toros de lidia, en fin… pero yo creo que el peor-peor si fue este:
Tengo 27 años, estoy haciendo mi tesis mientras me recupero de una fractura en un tobillo, al cual le acaban de quitar el yeso. Pongo el radio y escucho que se necesita con urgencia sangre O+ para una niña de 6 años, en la clínica Marly de Bogotá (a propósito ustedes sabían ese bello mito que cuenta que si uno llega a la Marly con algún malestar leve, sus posibilidades de sobrevivir son menores al 5%?... ese es uno de los grandes misterios de la humanidad, he oído varios casos de personas que llegan allá para un chequeo o algo asi y terminan descerebradas o en coma profundo.. en cambio las que llegan gravísimas se salvan también en un buen porcentaje).
Bueno siguiendo con el tema, resulta que yo siempre he considerado que donar sangre es una de las mejores cosas que puede hacer un ser humano, sobretodo porque aparte que creo que le sirve a uno, uno perfectamente le puede salvar la vida a alguien y no creo que haya algo mas “priceless” que eso. Pocos años antes de la época mencionada, incluso me iba a donar al Hospital Lorencita Villegas de Santos y allí supe que mi sangre era muy valorada porque con mi sangre podían atender a 3 o 4 niños… incluso algunas veces las personas encargadas de Hematologia (creo que se llama así) me llamaban a mi casa a pedirme el favorcito (ehhh.. malpensados) de donar porque había alguien grave o algo así, y sabían que yo a eso no le ponía ningún pero.
Continuemos: Cojo un taxi, todavía apoyándome en un bastón llego a la clínica, me identifico, en ese momento no había nadie mas en la sala, la enfermera me dice que debe primero tomarme una muestra, yo accedo y me pincha el dedo (me salio en verso). Empieza a llegar gente a la sala y pasan 5, 10, 15, 20, 25 minutos… la sala absolutamente llena, 30 minutos, 40 minutos, yo me empiezo a desesperar, 45 minutos, la enfermera llega con un medico, me miran y se van, vuelve el medico con otra señora, la cual no tenia ni uniforme ni nada, solo un vestido sastre… se van, yo me empiezo a poner muy nervioso, la gente que esta en la sala me mira y me mira. Nuevamente la enfermera sale, se acerca y me pregunta:
- “Señor J, usted de verdad ha donado sangre antes?”
- Yo contesto con un dejo de preocupación: “Si señorita”
- Señorita: “Y en donde?”
- Yo, cada vez mas nervioso: “En la Cruz Roja de mi pueblo, en el hospital universitario de mi pueblo, en la Cruz Roja de Bogotá y en el Hospital Infantil Lorencita Villegas de Santos”
- La señorita solamente me mira, sube sus cejas… y se va!
Y empiezo a sentir que todas las personas que están en la sala cada vez me miran mas y mas y yo me estoy muriendo del sofoco, no aguanto!
Sale el medico y la señora en sastre y con una hoja de papel… me llaman a todo pulmón: “el señor J”.
Y yo agachadito : “sssiii?”
El médico: Por favor siga conmigo…
Ustedes han oído lo de que le pasa a uno toda la vida por delante justo antes de morirse? Pues yo lo viví!... mejor dicho, lo único que me falto fue lo de la paz interior y lo de la luz al final del túnel. Nunca he hecho el inventario que hice en ese momento. Todo lo vivido, todo lo comido y lo dejado de comer.
A medida que caminaba detrás del médico y de la señora de sastre gris, me iba sintiendo cada vez mas chiquitico, diminuto. A los 10 metros el medico se para, abre una puerta y hace pasar ala señora y después a mi… se sienta, me pide que me siente –aunque yo ya me sentía no solo sentado, sino que prácticamente enterrado en arenas movedizas, con solo medio cuerpo afuera y un brazo estirado clamando por salvación.
Y el medico abre una carpeta, lee algo mentalmente, me mira por encima de sus gafas y me dice:
- Señor Montilla, usted venia a donar sangre para “fulanita de tal” no?
Yo: - Si señor
Medico: Y usted ha donado antes… verdad?
Yo: - ssssiiii (muy, muy temblorosamente)
Médico: Y usted sabe que usted tiene un problema?
Yo: - nnnooo… unnn proooobleeeemaaaaa???
Médico: Si. Usted lo debe saber.
Yo: (absolutamente mudo… ya ni me acordaba de con quienes me había acostado ni nada… solo pensaba en lo que diría mi mama)
Médico: Si! Usted tiene (pausa mientras mira a la señora del sastre gris) POLIGLOBULINA!!!!
Yo: (apenas oí las primeras sílabas… ya sabia!) GLOBULINA!!! Y gran sonrisa en mi rostro… gran.. gran sonrisa!
Médico. Y es que el problema es que la niña para la que usted viene a donar, no puede recibir su sangre porque su sangre debe ser sometida aun tratamiento para que se apta para ella y el caso es de urgencia… Además usted debería someterse a un tratamiento para rebajar ese alto contenido de glóbulos rojos porque eso también puede llegar a ser perjudicial para su salud y por eso es que he invitado aquí a la doctora zutanita de perencejo, quien es una asesora comercial de la Clínica Marly, para que le de a conocer nuestros tratamientos y correspondientes costos…
Yo: (muerto de la risa… absolutamente vuelto a nacer) ah si? Que maravilla!... claro! Dígame no mas!
La señora: Bueno señor, este tratamiento que usted debe hacerse es un hemanoseque y blablablabla y que le cuesta la cómoda cifra de nosecuantos miles de pesos que por mi condición de estudiante haciendo tesis, yo no me podía dar el lujo de pagar y mucho menos me interesaba hacerme ese tratamiento porque al fin y al cabo ya estaba dejando el cigarrillo y además me iba a devolver a mi tierra, un poco mas lejos de las estrellas que Bogotá, factores con los cuales sabia que podía bajar los niveles de glóbulos rojos de mi sangre.
De hecho, en el hospital Lorencita Villegas querían mucho mi sangre precisamente por ese exceso de glóbulos rojos, cosa que se demostró meses después cuando volví a Bogota y fui a donar y me dijeron… ay! A usted como se le ha bajado el nivel de los glóbulos rojos no? Es que no esta comiendo bien? O que fue lo que le paso?.
Bueno, pero retomando mi aventura en la Clínica Marly… Salí por sus pasillos muy feliz, caminando lentamente y muy feliz, recordando mis andanzas sin condón, saludando a todo el mundo… pero a medida que iba saliendo me fui envenenando también contra el médico que me había “atendido” y decidí devolverme al banco de sangre, le pregunte a la enfermera por el nombre del médico, que no se me olvida y espero que sea lector de este blog: Rafael Tobo y le pedí que me lo llamara… y ahí mismo, cuando salio, delante de toda la gente que estaba sentada le dije: “Sabe que doctor?... déjeme decirle que usted es un granhijueputa!” y salí corriendo como si no existiera tobillo convaleciente.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi gran susto de la vida fue haber llegao a este blok... creo que vi por primera ves a alguien con fratura en el cerebro...

Que istoria tan chimba...

Que cosa tan imbecil...

Te as ganao el premio al blok mas pendejo. Felisitaciones!!!

y cuando quedastes inpotente tanbien te asustastes????

Uy eso si debe ser duro...

Chao calvo...

CC

buuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu

Anónimo dijo...

PUES MI PEOR SUSTO FUE LEER EL MENSAJE ANTEIOR, QUE HORROGRAFIA,,,, ISTORIA?? SERA HISTORIA??
AS?? ESTA JUGANDO POQUER??
BLOK??
TANBIEN??
INPOTENTE??
LLEGAO??
VES?? O NO VES JIJIJI
FELISITACIONES?? JAJA QUE HORROR

Anónimo dijo...

PERDON, DEL SUSTO HASTA ME EQUIVOQUE
ANTEIOR= ANTERIOR

Si es para un regaño no estoy dijo...

a mi me encanto el "asustastes"

Anónimo dijo...

Oe, regaño, por qué no borras esos comentarios indecentes que te dejan??...o te gusta que te maltraten???..yo también ando desesperada por los comments pero no llego a tanto..je,
A mí si me gusto la historia..eso te pasa por ser buena gente..
Saludos,

Anónimo dijo...
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