jueves, junio 21, 2007

Me acorde de mi colegio

En mi oficina tenemos algunos muchachos de colegio que hacen sus practicas aquí. Por estos días están a punto de salir a vacaciones –creo que terminan el año- y ayer no mas me puse a escucharles una conversación sobre lo que mas iban a extrañar de su colegio... y como por arte de magia... me acorde de mi colegio.
Bueno, en realidad no estuve solo en un colegio. Fueron 2 en primaria y 5 en bachillerato.
En mi ciudad habían 2 colegios masculinos destacados, otros 4 que digamos eran de “gama media” y 2 que eran lo mas bajo que podía haber: allá llegaban los desahuciados de los otros colegios. Los de mi ciudad sabrán reconocer al “santoto” y yo reconoceré al “glorioso José Maria Córdova”. Yo ya había estado en los dos primeros y en 2 de los de gama media.
Después de haber repetido 3 veces el demasiado bien ponderado “5º de bachillerato” (la primera vez por difícil, la segunda vez porque a mis papas les dio porque estudiara con mi hermana, quien venia de colegio de monjas y repetía curso y yo me deje intimidar por sus saberes y la tercera porque conocí lo que eran las “malas amistades”), y repitiendo el “cuarto quinto”, con unas notas bastante desastrosas a mitad de año, no tuve otra opción que buscar un hueco donde pudiera coronar ese everest en el que se había convertido mi bachillerato. Con la libreta de calificaciones bajo el brazo, el apoyo absolutamente nulo por parte de mis papas (medio incomprensivos no?), las burlas de mis amigos que ya se habían graduado y mi moral por el piso, me dirigí a la secretaria del “santoto” a solicitar la información o lo que fuera que tenia que hacer para poder ingresar a ese colegio que mas parecía el sitio de ensayo del juicio final que una entidad educativa. La secretaria del santoto (ya... quitémosle las comillas porque me mame de poner comillas) me dio un papelito que era mas o menos el traspaso que debia llevar firmado por mis papas y por una vieja de la secretaria de educación de mi ciudad. Conseguir las firmas de mis papas fue mas o menos difícil. Obviamente al ver que yo pretendía irme dizque a estudiar al santoto no era sino la aceptación del fracaso que era como estudiante y después de cómo 2 o 3 días mis papas se decidieron firmar porque supieron que el hijo de una de sus parejas amigas había salido del santoto y pudo ingresar de una a la universidad de mi tierra a estudiar la carrera mas prestigiosa del momento: ingeniería electrónica.... y como a mi me gustaba cacharrear con radios, grabadoras y televisores... pues de pronto si imaginaron que yo también iba a tener el mismo destino.
Lo que no se pudo hacer fue conseguir la firma de la vieja de la secretaria de educación por que la señora esta me dijo: “yo ni loca voy a dejar que un hijo de don... y doña... se vaya a estudiar a ese antro!”... y yo, con el rabo entre las piernas me fui para un parquecito a llorar.
Estando en el parquecito, cuando ya había dejado de llorar y había empezado a joder a unas niñas que se habían sentado muy cerca, me enteré por ellas mismas que habían dos colegios donde estudiar también era muy fácil y que aunque esos colegios no tenían el prestigio de unos, tampoco tenian el desprestigio de otro –ya saben cual: el santoto- pero que en realidad esos 2 colegios podían ser la opción que yo necesitaba de urgencia.
El primero era la jornada nocturna de uno de los destacados. Fui a averiguar como eran las cosas allí y lo mismo, firma de los papas y de la señora de la secretaria de educación... ah! Y el pago de una suma que era mucha plata para mi (ya me habían cortado el chorro en la casa).... y cuando ven mis notas (9 materias perdidas... de 10!) ah no señor! Así no! que pena con usted pero no lo podemos recibir.
El segundo era también la jornada nocturna de uno de los de gama media. Ahí apenas llegue a averiguar me sentí como en casa!. Salió el rector –quien me conocía y yo no tenia ni idea que ese tipo podía ser el rector de un colegio!- y casi me saluda de abrazo. Ese mismo día quede matriculado en el colegio. Y la firma de los papas y de la señora esa? Tranquilo mijo! Eso me lo trae cuando pueda! En fin... ese, a partir de ese momento era mi colegio!
En ese colegio no solo me convertí en una celebridad –ya saben, el alumno nuevo que llega de un colegio prestigioso a mitad de año con 9 materias perdidas- sino que conocí mucha gente muy bacana y sobretodo aprendí a valorar muchas cosas que uno solo se detiene a estimar cuando va a un reality de playa o algo así. Bueno, no eran cosas de comida, sino mas relativo a lo de las oportunidades en la vida. La mayoría de mis compañeros de estudio eran personas mayores, casadas y con hijos que no habían podido terminar su bachillerato debido a que se habían casado o tenido hijos a temprana edad y que después el trabajo no los dejaba terminar eso tan necesario pero a la vez tan inútil como el bachillerato.
Por supuesto los profesores eran mas que conscientes de esa situación y la verdad se convertían en un verdadero apoyo para los alumnos. Las clases (4 horas al dia) eran muy provechosas y casi nunca habían tareas, todo pensado desde el punto de vista que al alumno de ese colegio generalmente se le complicaba la realización de tareas porque de día trabajaba en alguna parte que no le daba tiempo para las tareas). En el curso éramos como 30 y entre ellas teníamos empleadas del servicio, camareras de hoteles, obreros, empacadores de supermercados, operarios de maquinas, amas de casa, artesanos y hasta un par de cantantes que de día se dedicaban a cantar en buses. También había gente como uno, joven, sin trabajo de día y solo pensando en vivir el día a día... por supuesto esa era la gente mas allegada a mi porque al fin y al cabo era con la gente que mas podía compartir el tiempo libre.
Cada día que pasaba en mi colegio era mas chévere para mi, con decirles que hasta llegaba temprano! (acaso es común que uno llegue 1 hora antes a un colegio?) y hasta lograba cosas impensables en otros colegios.... con decirles que hasta me sentaba a tomar aguardiente con el rector en plena jornada académica –bueno, lo hicimos varios viernes a eso de las 9 pm... las clases eran hasta las 10 pm- y me iba a bailar con las secretarias o me iba a dormir o a ver televisión a las residencias que quedaban en frente y que eran administradas por una de mis compañeras, quien generosamente no me cobrara “el rato” a cambio de que hablara muy bien de sus residencias con mis amigos y le consiguiera clientes.
En eso colegio yo conocí de verdad la solidaridad que no se ve mucho en estos tiempos. Habían muchas rifas y yo como siempre, jodia mucho a la gente quejándome de tantas rifas, pero siempre... siempre las rifas tenían un propósito social... generalmente se trataba de una manera de solucionar problemas económicos de mis compañeros o de conseguir la platica para unas vacaciones mas que merecidas para gente que molía todo el día.
En mi colegio me di cuenta de la otra vida de los profesores de los colegios prestigiosos –muchos de ellos eran también profesores míos-, como por ejemplo el día que uno de mis mejores amigos me pidió que le ayudara a entregarle al “profe leoncio” una caja de 12 botellas de aguardiente a cambio de que le ayudara a pasar su materia al final del año, o esos paquetes que le encontramos al profesor Ospina que tenían nada mas y nada menos que faldas de colegiala usadas y ropa interior femenina seguramente robadas de uno de los colegios femeninos donde el dictaba filosofía y con los cuales lo chantajeamos para que pasara a todo el mundo de nuestro curso al final del año a pesar de que el era una verdadera cuchilla.
En mi colegio conocí a la hermana de una de las mujeres que mas me ha atraído en mi vida (a tu salud Marcela!) y por ella conocí a Marcela!... conocí el sexo sin compromiso, el sexo en los baños de un colegio, el sexo mas animal y el sexo mas sentimental... Conocí la ilusión de unas personas y el fin del camino para otras, el valor de tener hijos y la vergüenza ante los mismos hijos, las aventuras de un padre de familia para conseguir que darles a sus hijos y las necesidades de verdad.
Al final, cuando ya había pasado a 6º de bachillerato, me conseguí un trabajo que era mas una diversión que un trabajo ya que viajaba 1 o 2 veces por semana a una ciudad muy cercana a la mía y a veces dejaba de ir al colegio sin perjuicio alguno. Un día de esos en los que había faltado la noche anterior llegue a mi colegio y cuando entre a mi salón fui recibido con aplausos... yo en principio creí que se trataba de una de las bromas con las que todos se desquitaban de lo mucho que yo los jodia hasta que llego el rector y después de un abrazo fuerte y de unas lagrimas de el y de su secretaria, me comunico la noticia que ni mis papas, mis amigos y yo mismo nunca me habría esperado: me había sacado el mayor puntaje en el icfes.
Gracias glorioso José Maria Cordova!

7 comentarios:

Saudade dijo...

Hombre, como siempre sus historias son muy chéveres de leer...

Y ya me puse sentimental porque me acordé del colegio tambien...

Anónimo dijo...

Muy buen post con final feliz desde hace tiempo lo leo y me parece muy entretenidas sus historias comicas y muy ocurrentes con el parecer de un hombre trabajador siga asi y no deje de escribir que mas de uno se descuaja de la risa y mejora el dia de oficinistas que como yo somos presas del estres
animo y siga adelante

Unknown dijo...

hola,

1.Me encanta encontrarme a Saudade y a don Murphy por aqui.

2. Murphy tiene toda la razón, tus histórias son muy, muy, muy buenas.

3. la època del colegio siempre deja muchas cosas para recordar, y de tu historia saldría un super guión...

4. Un abrazo.

Si es para un regaño no estoy dijo...

se me aguaron las vistas con sus comentarios muchachos y muchacha... de verdad que es que es de lo mas rico recibir buenos comentarios, sobretodo de gente que por lo visto ha leido muuuchos blogs... ahi vamos! (todavia quedan historias por contar)

Anónimo dijo...

Excelente historia, a mi me pasó algo similar de un colegio de curas a uno público. Y me saque el máximo icfes... y vivi 3 años increibles y vivi lo q no vivi en 9 en el otro colegio

Anónimo dijo...

Muy bueno y divertido tu relato...
Ósea no eras brutito, sino que te faltaba motivación.

Saludos,

Si es para un regaño no estoy dijo...

Carmen;
Yo creo que todos somos brutos en algun momento de la vida... lo que pasa es que a algunos les dura mucho la brutalidad...