viernes, junio 08, 2007

Echeverri!!!!

Ayer me reencontré con una amiga a la que no veía desde hace mucho y con quien pase muy buenos momentos, de verdad MUY buenos momentos. Ella es protagonista de la historia que les voy a comentar, junto con su hermano y con Echeverri.
Un 31 de octubre de finales de los 90s, como es costumbre, se realizó una de las mejores fiestas de disfraces de mi pequeña ciudad. Lo que hizo que la fiesta fuera GRANDE fue que los organizadores pusieron un cover que permitía tener barra libre, algo que poco se veía en esos tiempos.
Por supuesto las “rascas” del 98 % de las personas que asistieron fueron terribles y ese otro 2% eran los meseros y los organizadores quienes apenas estaban medio borrachos. Mi amiga (quien se había disfrazado de Celia Cruz) y su hermano (disfraz de “Krusty el payaso”) estaban bien borrachos, pero no tanto como Echeverri (disfraz de Charles Chaplin), quien “comandaba” el grupo de los “jetiados”.
Echeverri había decidido llevarse a la fiesta la flamante y recién estrenada camioneta Toyota Hi Lux con estacas que había comprado su familia, aprovechando que la misma familia viajó a una cercana ciudad donde los de mi ciudad aprovechan para ir a comprar cosas el doble de caras que las que venden en mi ciudad.
Después de poner 17 veces “hotel california” en el sonido del bar donde se llevaba a cabo la fiestica (elegante manera de despedir a los que desde hacia mucho rato raspaban olla) los meseros empezaron a sacar a los borrachos que se habían quedado dormidos hasta debajo de las mesas y sin que nadie les preguntara, decidieron irlos arrumando (literalmente) en la camioneta de Echeverri. Vale la pena anotar que el bar quedaba en las afueras de mi ciudad.
Cuando salieron “Celia Cruz” y “Krusty” vieron que entre la montaña de escombros humanos (léase: borrachos hechos pedazos) sobresalía la cabeza y una mano de Echeverri, precisamente en esa mano estaban las llaves del carro, lo que seguramente era la muestra de un vano intento de pronunciar esa magnifica frase que dice: “tranquilos, yo manejo que yo estoy bien”, pero al parecer Echeverri no alcanzo a rechistar ni a oponerse que lo depositaran en la montaña de borrachos y solo logro sacar las llaves de su bolsillo y a duras penas estirar el brazo.
En fin, el cuento es que en medio de la rasca que también portaban celia y krusty, decidieron dárselas de almas de la caridad y decidieron que ellos mismos iban a manejar la camioneta y a dejar a cada uno de los borrachos que estaban en la camioneta... lo mas extraño era que ni celia ni krusty sabían manejar! O mejor, solo tenían ideas vanas en la cabeza sobre la teoría de manejar un carro. Con la “ayuda” de los meseros quienes les dieron un curso acelerado de manejo, emprendieron la odisea de llevar a los borrachos a la ciudad.
Al parecer (y digo al parecer porque ni siquiera ellos mismos se acuerdan) no tuvieron ningún incidente dejando a los mas de 15 borrachos que llevaron a sus casas. Ya casi empezando a perder los efectos del alcohol decidieron ir a dejar a Echeverri y a la camioneta a su casa. El problema era que Echeverri se había pasado a vivir a un barrio al que recién le habían hecho carretera y por lo tanto a lado y lado de la vía habían unos barrancos de casi 1 metro de altura. Krusty, quien iba manejando empezó a sentir cada vez un sueño mas profundo y justo cuando iban a la mitad de la entrada al barrio, se quedó dormido y la camioneta se fue de lado contra el barranco y pum! El golpe mas berraco del mundo.
A Celia no le quedo mas que echar mano de una treta que había conocido cuando era meretriz en Sibundoy, Putumayo. No, mentiras. Celia se ideo un plan que podría ocultar la acción medio involuntaria de su hermano.
Entre los dos se cargaron a Echeverri del platón de la camioneta y lo pusieron como si fuera el quien manejaba la camioneta y ellos dos se le sentaron como simples pasajeros acompañantes y después de tomar aire y de dejar de reírse empezaron a gritar como locos para despertar a Echeverri quien sobresaltado se despertó e inmediatamente se puso a llorar al ver el daño que creía que el le había hecho a la camioneta.
Hecho un mar de lagrimas, Echeverri decía que el no podía llegar así con un lado de la camioneta vuelto mierda y que por favor le ayudaran a sacar la camioneta de ahí y Krusty le aseguraba que el no sabia manejar y Celia mucho menos. Al final Echeverri pudo arrancar la camioneta y lo único que se le ocurrió fue ir a dejar a krusty y a celia a su casa y cuando llego ahí, al salir la mama de los dos, se fue corriendo a abrazarla y a llorarle pidiéndole que lo ayudara porque en la casa lo iban a matar.
La mama de krusty y celia ni siquiera podía hablarle a Echeverri de los alaridos que daba este joven. Al tranquilizarlo un poco, lo cogió con la retahíla que lo importante era que no les había pasado nada, que las cosas materiales se consigue... etc, todas esas cosas que siempre dice la gente cuando pasa un accidente.
Horas después, a Echeverri se le ocurrió la idea de inventarse un robo de la camioneta y tenia la coartada perfecta: que para no dejarse robar el había estrellado la camioneta. Todo estaba listo y entonces arrancó para la casa en compañía solo de krusty.
Al llegar a la casa por supuesto salieron los papas de Echeverri que ya habían llegado de su viaje, y al oír la versión de su hijo, pues simplemente decidieron agarrarlo a correazos porque ellos no le creyeron el cuentico. Si señores, en plena calle, delante de Krusty y de los vecinos. A Echeverri lo volvieron nada!. No lo dejaron volver a salir como en 6 meses, le cortaron todos los servicios de la casa, a duras penas lo dejaban dormir y comer ahí.
El cuento fue que no le creyeron porque ya habían recibido el chisme (en mi ciudad, como en todo infierno grande... los chismes vuelan), que habían a un payaso y a una negra con peluca andando en la camioneta por diferentes calles de mi ciudad, en grave estado de alicoramiento y con la canción “la vida es un carnaval” a todo volumen.
La historia se hizo muy famosa a partir de una noche en la que a nuestro nuevo amigo “krusty” (se quedo con ese apodo por mucho tiempo) le dio por contarla en la ciudad a donde todos los de mi ciudad van a comprar las cosas al doble de su precio.
Lo malo es que un día, Echeverri fue a esa ciudad y después de alguna parranda, se enteró de la historia, con la obvia sorpresa que definitivamente no era el quien iba manejando la camioneta cuando se estrelló con el barranco... ya se pueden imaginar el reclamo...!

10 comentarios:

Unknown dijo...

jajajajajaja...que hijuemadres, pobre tipo, y lo peor es que mientras leia la historia no podía dejar de imaginar al echeverry de Sábados felices....ah, no...me dolió la barriga de tanto reirme...

Juanpa dijo...

jajajaja...uy echeverry

Unknown dijo...

Fríjido seràs tu solo...gran atrevido... no hables cosas que o te constan...ya quisieras tú...

Unknown dijo...

tu no censuras, y no no pensaba hacerlo, pero ante semejante comentario...

Unknown dijo...

no es cuestión de quien me lea o no... es cosa de respeto y lo suprimí por respeto a mi...eso es todo

Giorgio Pasteur dijo...

Jajajajajaja, oiga muy buena su historia, ademas que tiene una manera muy interesante de contar el rollo, lo felicito

AlejandroAngel dijo...

bueno nada brincando blogs llegue a conocer por aca y me encuentro esta historia jajajaja

esta buenisima, me recuerda a algo parecido que hicimos hace muchos años en curramba...

bueno saludos...

Anónimo dijo...

jajajajjaja busca y busca blogs en internet( es mi nueva manera de entretenerme) en encontre este!!!!! buenisimo.
Despues de una larga jornad de trabajo( con el jefe mandandote para alla y para aca) es la manera ideal de dejar a un lado al jefe.

Si es para un regaño no estoy dijo...

mil gracias por los comentarios... eso es lo que lo hace a uno seguir escribiendo...

TANIA NIETO dijo...

jajajaa buena historia, la vida es un carnaval a todo volumen con un payaso y una negra con peluca, de pana que es una buena crónica urbana. Saludos