lunes, mayo 28, 2007

Cortometraje

Uno de mis impulsos (no sueños, solo impulsos) ha sido el de escritor de guiones para cine y televisión. Nunca he estudiado nada de eso y me gustaría hacerlo, pero como siempre, se necesita plata, tiempo y ganas de hacerlo. La plata se consigue, el tiempo se organiza, pero las ganas si son tan dependientes del estado de animo de uno que casi siempre es lo mas difícil de conseguir... pero de pronto no? algún día que este desempleado o desocupado y me meta a un curso de esos donde deben haber chochentamil personas pensando igualito a uno y todos estaremos buscando destacarnos para ver si de repente nos convertirnos en uno de los cerebros de ese magnifico esperpento televisivo que fue “Musidramas”.
Pues bien, antes que ocurra eso y dejando constancia de que esta es una idea mía, les voy a contar el que podría ser mi primer intento del argumento de un cortometraje (o largo si quiere algún director importante que lo quiera llevar a la pantalla).
Marinita Otero es una señorita de mas o menos 85 años de edad, que se dedicó toda la vida a servir a los demás. Marinita hizo mucho trabajo social, quizás el mas importante fue la creación de un colegio de bachillerato comercial, en donde las alumnas aprendían en su momento, además del bachillerato, mecanografía y taquigrafía, dos de las “actividades” mas útiles e inútiles en la actualidad. Útiles porque saber escribir muy rápido en un teclado en estas alturas del partido es algo bacano, sobretodo así nos destacamos los que utilizamos las letras para comunicarnos... no los que utilizan “emoticons” o cosas por el estilo que detesto. Útiles también porque poder tomar notas solo con unos garabatos es algo de locos, es mágico, es algo confidencial, ciencia y empirismo a la vez... es como utilizar el alfabeto chino en el que un solo garabato puede significar: “el pago de las cuatro facturas puede hacerse de dos maneras: cruzándolas con la cuenta anterior o desembolsando un solo contado”... imagínense el ahorro! (creo que en los símbolos chinos la carencia o sobra de una pequeña rayita puede cambiar radicalmente el significado del símbolo). Inútiles porque ya nadie utiliza una máquina de escribir y para eso fue que se creo la mecanografía... y además quien en una empresa, oficina o despacho toma apuntes a mano en la actualidad???
Por su trabajo, honradez y servicio, Marinita además de nacer en cuna de oro, recibió algunas partes de herencias de familiares y amigas que veían en ella, unas manos indicadas para darle buen uso a la plata que no se iba a ir con sus dueños y dueñas de toda su vida.
Marinita invirtió bastante bien los dineros recibidos, por ejemplo comprando 3 casas para unirlas y mejorar las condiciones del colegio, otra casa muy, muy grande y varias propiedades mas que las iba mejorando y adaptando para seguir haciendo lo suyo: ayudarle a la gente. Una finca la convertía en refugio de ancianos, una casa en albergue de marginados y en un local les organizaba negocios a comunidades indígenas, campesinas o religiosas para que tuvieran algo que ayudara en su sostenimiento.
Así fue toda su vida. Tan importante era que mi mama, sus amigas y muchas conocidas, cada año realizaban un homenaje a Marinita con motivo de su cumpleaños. La vaina era multitudinaria, cada año 150 o 200 personas cantándole el “japiderbituyu” y chocolate o café con leche con pan para todo el mundo, misa incluida y discurso de Marinita que terminaba como siempre en la petición de oraciones por ella y por su labor... todo sin el mas mínimo ápice de interés político, algo absolutamente extraño en la Colombia de hoy.
Pero como siempre, las cosas se empezaron a complicar. Un día, decidió arrendarle la gran casa, la muy, muy grande, a una comunidad religiosa para poner un albergue en ese sitio. El canon del arrendamiento era de $50.000 pesos colombianos (año 1.994) y Marinita consideraba que esa concesión la hacia únicamente por el compromiso contractual que las monjitas deberían poner un centro de estudios bíblicos en una de las 16 habitaciones que había en el primer piso de la casa.
Durante el primer año todo fue muy bien, sin embargo justo al comienzo del segundo año de arrendamiento, empezó la pesadilla para Marinita. La comunidad religiosa le cedió el contrato de alquiler a otra comunidad religiosa sin la debida autorización de Marinita. Comenzó desconociendo no solo el canon de arrendamiento, desmontando el centro de estudios bíblicos y clausurando parcialmente el albergue, realizando una “remodelación” de la casa para darle cabida a 4 grandes locales comerciales que terminaron en discoteca, restaurante, cacharrería y escuela de idiomas.
Marinita seguramente se sentía asaltada en su buena fe, pero su discreción y respeto por las comunidades religiosas y por la iglesia católica en si misma, le hacían exteriorizar solamente un sentimiento de extrañeza y hasta de entendimiento hacia la actitud de las nuevas habitantes de la casa.
Seguramente ya cansada y pensando que su vida en este mundo empezaba a concluir, decidió ir entregando su gran fortuna a quienes la habían acompañado y ayudado durante sus años de lucha y trabajo.
Al pasar 4 años del contrato de arrendamiento de su gran casa y teniendo en cuenta que en los últimos 3 años no recibió ni un solo peso por concepto de arrendamiento, decidió entablar una demanda para lograr únicamente la devolución de su propiedad (no, no pedía el merecido pago de los arrendamientos atrasados).
Con una parte muy pequeña de recursos decidió realizar la ultima obra civil de su vida: construir 2 apartamentos en un lote propio que siempre estuvo sin construcción alguna, para tener su propia residencia y la residencia de 2 de sus amigas, quienes la acompañaron también durante muchos años. Ninguna de las 3 mujeres tuvo descendencia o familiares que heredaran estos apartamentos y entre ellas decidieron entregarle la propiedad de los mismos a las carmelitas descalzas, comunidad vecina a sus apartamentos quienes no solo tienen un gran templo, sino que también protegen a una de las figuras mas veneradas de la ciudad.
Teniendo en cuenta la avanzada edad de Marinita, ella misma le sugirió a la madre superiora de la comunidad, realizar el traspaso de los apartamentos; gestión pagada en su totalidad por Marinita y que de cierta manera les daba un respiro de tranquilidad a las dos partes.
Un dia (año 2004) recibió la esperada noticia de que el Tribunal Administrativo le daba la razón y ordenaba la restitución de la casa, su gran casa, la cual esperaba vender para seguir haciendo la repartición de sus bienes, sin embargo este proceso se dilato por lo largo de 1 año y cuando la recibió, casi la recibe en las mismas condiciones de la casa de la “estrategia del caracol”. Lo que pudo obtener por la venta apenas le alcanzó para medio satisfacer a las personas a las que les había prometido su ayuda, quienes incluso alcanzaron a sabotear uno de los cumpleaños de Marinita, a donde llegaron con arengas y cosas por el estilo, exigiendo que les entregaran lo prometido (háganme el favor ah!)
Y como las desgracias no vienen solas, en ese mismo mes recibió una comunicación por parte de la nueva madre superiora del convento de las carmelitas descalzas, en la que les informaba que teniendo en cuenta que los apartamentos eran ahora propiedad de la comunidad religiosa, Marinita y sus 2 amigas debían empezar a pagar arriendo a partir del siguiente mes.
Marinita, quizás nuevamente por el respeto que le infundía la religión católica y con su profundo sentimiento de entrega hacia los demás aceptó pagar el arrendamiento. Sin embargo, a pesar de que había logrado “pasar agachada” con la Dirección Nacional de Impuestos, también recibió una cartita en la que le informaban sobre la enorme deuda que tenia en la DIAN y que debía cancelar de inmediato “so pena de recibir una multa y varias sanciones” (seguramente desbordadas).
A pesar de su edad y de que ya le quedaba poco, decidió vender sus ultimas propiedades (1 casa y 1 lote), cuyo dinero fue directamente hacia la DIAN y Marinita y sus amigas empezaron a pasar verdaderas afugias económicas y aunque ustedes no lo crean, empezaron a vivir prácticamente de la caridad de sus amigas... no precisamente de quienes habían recibido la colaboración de Marinita, sino de quienes cada año la homenajeaban en su cumpleaños.
El final de esta historia se produce un mes de diciembre, creo que en el 2005, cuando Marinita recibe la visita de un abogado quien solamente le comunica que en vista de que ni ella ni sus amigas han cancelado el valor del arriendo de sus apartamentos en los últimos 3 meses, le dan 10 días de plazo para que desocupen los apartamentos.
Y esto, también es una historia real...

10 comentarios:

Juanpa dijo...

Que paila

Unknown dijo...

luhhh, no, que embarrada, esas cosas solo pueden suceder en el pais del sagrado corazón...

Unknown dijo...

me puedes explicar el comentario de "choferear"???

Si es para un regaño no estoy dijo...

Por favor alguna niña que alguna vez en su vida haya "chofereado" que le explique a Agustinaaaaa!!!

Unknown dijo...

i get it....

TANIA NIETO dijo...

ABSURDO!!!, BUEN TEMA PARA UN CORTO, PERO A MARIANITA NADIE LE DABA CONSEJOS???

Si es para un regaño no estoy dijo...

Tania: cuando tu solo vives con buena fe, crees en la buena fe de la gente, piensas que la buena fe abunda en el mundo... quien oye consejos?.
Ah! y lo ultimo que me entere fue que el abogado que le ayudo a recuperar la casa grande, se quedo con el arriendo que al final tuvo que pagar la gente que tenia la casa y no le dio ni un peso a Marinita.

Giorgio Pasteur dijo...

Que cagada con la pobre marianita... y hace cuanto murió la ancianita

Si es para un regaño no estoy dijo...

Marinita sigue viva, coleando y ayudando

Anónimo dijo...

Mejor que un corto un largometraje dramatico de 2 horas por lo menos.
Y le regalas parte de las regalias a Marinita.