martes, septiembre 25, 2007

fiesta en la calle

Tendríamos unos 18 o 19 años cuando una noche, después de dar muchas vueltas en un par de carros que nuestros papas irresponsablemente nos habían prestado, llegamos a uno de los puntos de encuentro de los desocupados y desprogramados (o sin novia) jóvenes de mi pueblito: la cigarrería “Ardú”. Estando allí, después de la consabida vaca para comprarse un “litrico” (de aguardiente, claro esta) y cigarrillos, llegó uno de los personajes de mi tierra: Marinito, quien traía el carro con un poco de gente que no lográbamos identificar, porque el muchacho, muy inteligentemente parqueo el flamante Renault 6 a casi media cuadra de donde estábamos. El se bajó, saludando de afán, en realidad haciéndose el pendejo porque el era verdaderamente muy saludable con todo el mundo, sin embargo esa noche no estaba tan efusivo. A la salida de Ardú, lo llamamos y el bastante esquivo nos dijo que andaba con unas tías… pero no contó que el mismo llevaba una botella de aguardiente y entonces le dijimos: “y es que vas a ir a beber con tus tías?” y el, bastante nervioso nos respondió con un si.
En esas estábamos, cuando de repente una de sus “tías” se bajo del carro, protestando porque según ella estaba asfixiada que por que la estaban “apachurrando” y ahí nos dimos cuenta que Marinito no iba con sus tías, sino que literalmente tenia su carro: LLENO DE PUTAS!
Si señores (y señoras, si ya han tenido el placer), el carro lleno de putas!. Resulta ser que Marinito habia heredado los gustos del papa, quien anteriormente acabó con 2 negocios de la familia por andar puteando, se los bebió en compañía de esas féminas y sus historias eran conocidas en toda la comarca. A mi papa cada vez que veía a don Marino, el papa de Marinito, se le iluminaba la cara con una sonrisa… cosa que no era mas que un gesto de supuesta camaradería y complicidad o quizás de admiración porque probablemente don Marino era mas feliz que muchos de los hombres de su generación, ya que el había podido hacer lo que se le daba la gana, sin importarle ni sus sucesivos matrimonios y mucho menos lo que hacia con su plata.
Obviamente en una ciudad como la mía, no había que esforzarse demasiado para identificar a las mujeres que se dedicaban al oficio mas antiguo del mundo. Los nombres de Diva Navarro y Limbania Bermeo eran no solo míticos sino también referencia para ir a buscar a los hombres perdidos. Doña Zoila frecuentemente tenia que decirle a don Marcos, su conductor: “vaya traiga a Guillermo que debe estar donde Diva o donde Limbania!!!”.
Las niñas (barbichonas), que trabajaban en “Los Helechos” eran mas que conocidas. Uno no solo las veía cuando venia de la finca o de los pueblos cercanos del norte de mi ciudad, sentadas en el anden de la casa, o caminando por las veredas a los lados de la carretera, sino que también se les encontraba haciendo mercado en la plaza o hasta comprando en el “Ley”. Las mamas de nosotros evitaban comprar en los mismos puestos donde compraban ellas y muchas veces se quedaban mirándolas a ver si asi se intimidaban y se iban de la plaza.
Un par de veces –yo iba casi todos los viernes con mis papas a la plaza- fui testigo de garroteras entre “señoras de bien” y fufurufas por el amor (en realidad creo que no había amor sino solo sexo) de fulano o mengano. Las garroteras nunca fueron mas allá de un par de naranjazos, huevazos o tomatazos. He de confirmar que nunca hubo un “papazo” o un “piñazo” o un “repollazo”. Una vez hubo la vaciada de una botella litro de fanta naranja sobre la cabeza de una de las fufurufas, quien se quedó impávida y no pudo hacer nada mas que refunfuñar porque en medio de las señores se metió el conductor de la doña y ahí si no hubo nada que hacer.
Bueno, el caso es que apenas se bajo la niña del carro de Marinito, todos los cromosomas XY, la testosterona y los andrógenos se alborotaron, y del simple silbido del fui fuiu, se paso a llamar a la fémina para que se acercara a donde estábamos todos los que no habíamos probado mujer en esa noche (y quizás desde hacia muchas noches).
La mujer no se quería acercar y Marinito quería mucho menos. El intentó hacerla entrar de nuevo a la lata de sardinas pero no fue posible porque justo en ese momentos las otras 6 acompañantes se fueron bajando una a una, mientras provocaban la felicidad de los mas de 15 hombres que estábamos bastante desprogramados hasta ese momento.
No me acuerdo bien del nombre del dueño de la cigarrería, pero creo que era algo así como Rodrigo, pero el era conocido por tener una mujer de esas “Patico” (pantera-tigre y cocodrilo), a quien le disgustaba tremendamente tenerse que aguantar a púberes como nosotros, porque no solamente nos la pasábamos pidiendo trago al fiado sino también al otro día la señora tenia que limpiar vómitos, orines y quiensabequemascosas, que se dejaban como testimonio de las bebetas que se improvisaban afuera del establecimiento.
Bueno, Rodrigo medio asomó su cabezota cuando oyó la bullaranga que hacíamos los hombres ante el desfile cada vez mas desinhibido que empezaron a hacer las “chikas” de Marinito.
Extrañamente el acercamiento de las muchachas fue inversamente proporcional a la bulla, porque cada vez que daban un paso hacia nosotros, el volumen de la molestadera iba disminuyendo; lo que demostraba que efectivamente unos niños como nosotros les teníamos físico miedo a mujeres tan vividas como ellas.
Entonces, todo el hielo se rompió cuando empezó a circular la botella de aguardiente que teníamos nosotros y la que había comprado Marinito.
Cada vez mas se oían mas conversaciones, o simples preguntas que eran contestadas por las niñas de maneras bastantes graciosas porque todos empezábamos a mostrar sonrisas cada vez mas amplias cuando ellas hablaban.
La situación llegó a tal punto que empezaron a formarse grupitos de 3 o 4 hombres con cada una de las nenas y ya muchos mas “sueltos” empezamos a contar chistes verdes y a soltar carcajadotas, mientras unos preguntaban cosas verdaderamente inocuas, y otros, quizás los mas bebidos, ya estaban hablando de temas rosaditos (no maricas, sino que ya estaban adentrándose al color rojo).
Uno de los momentos mas divertidos de la noche fue cuando alcanzamos a escuchar a un personaje xyz, preguntándole a una de las fufus algo así como “a que te dedicas”.
Ese día nos dimos cuenta que no es cuento que las putas beben mucho, no señor… tampoco es mentira que fuman en cantidades, mucho menos que son muy cariñosas… todo porque en menos de 2 horas, mientras ya Rodrigo había decidido sacar los parlantes de su equipo de sonido a la calle, nos habíamos bebido como 3 garrafas de aguardiente, unas 6 o 7 cajetillas de cigarrillos y algunos de los presentes se daban besos en la boca con 3 de las chicas mas extrovertidas del momento.
La ventaja que teníamos es que recién eran como las 12 de la noche y a pesar de la malacara de la esposa de Rodrigo, quien salio a lo que solo salen las mujeres jartas: a joder!, nos quedaban prácticamente unas 2 horas mas de relajo, porque sabíamos que después de las 2 de la mañana, todos los que andaban con novia, llegarían a Ardú a rematar su rumba –sin novias obviamente- y seria bastante difícil mantener la amistad que habíamos conseguido hasta ese momento.
En esas 2 horas siguientes no hicimos mas que gozarnos los unos a los otros… y digo gozarnos porque así como estábamos nosotros de contentos con las putas, ellas parecían bastante contentas con nosotros, quienes nos habíamos vuelto extremadamente generosos con la plata –que no teníamos- y Rodrigo con el crédito. El trago y los cigarrillos iban y venían mientras las chikas empezaban a mostrar sus dotes bailables en pequeños “ruedos” que les hacíamos los presentes al ritmo de Miami Sound Machine, Frankie Ruiz, Eddie Santiago y cosas por el estilo que estaban muy de moda por esas épocas.
La fiesta fue creciendo a tal modo que en un momento, los que estábamos ensimismados con los movimientos de una de las niñas, volteamos a mirar hacia la derecha, porque otra de las chikas se estaba despojando de su blusa en medio del fragor de la parranda, sin importarle que estábamos en la calle (¡!), siii, en una zona oscura, pero definitivamente en la calle. Así y todo nadie la detuvo, óigase bien… nadie!. Todos nos mirábamos y nos cagabamos de la risa, incluso sus colegas. Marinito era el mas preocupado, pero tampoco hizo nada y la esposa de Rodrigo simplemente se entró.
El show continuó hasta que la muchacha esta quedó en cucos y seguía bailando, bailando a pesar del frío pero feliz, feliz por el ruedo que había crecido y sin preocuparse por la ropa que había desaparecido porque así de chistosos somos los borrachos… La ropa ya estaba en las ramas de uno de los árboles del parque que estaba contiguo al establecimiento comercial… y la niña ni se había percatado de eso.
Como por arte de magia, si, sin ningún aviso, sirena o nada por el estilo, apareció la policía y no fue sino que viéramos el color verde y todos salimos corriendo… todos excepto la niña desnuda y Marinito… hasta las putas se subieron a los carros que habían por allí y arrancamos. Afortunadamente no eran sino 4 policías quienes no pudieron hacer nada contra la estampida paranoica.
Mientras nos reíamos nerviosamente empezamos a preocuparnos por Marinito y entonces decidimos dar la vuelta… pero no a meternos en el asunto sino solo para ver que pasaba. Ardú quedaba justo en una esquina de la avenida mas importante de la ciudad y por lo tanto podíamos hacer recorrido en ovalo para ver que iba pasando. En la primera pasada vimos que Rodrigo no solo había alcanzado a entrar los parlantes sino que hasta, por primera vez como en 10 años, cerró su negocio antes de las 4 de la mañana. La fufurufa alegaba con uno de los policías y a Marinito le estaban haciendo una requisa.
En la segunda pasada, la niña ya estaba cubierta con una chaqueta de un policía mientras Marinito estaba esposado en un poste y los policías trataban de bajar la ropa de la niña que estaba en el árbol
En la tercera pasada Marinito seguía esposado y la niña se estaba poniendo el pantalón.
En la cuarta pasada la niña estaba conversando con un policía y a Marinito lo estaban soltando del poste.
En la quinta pasada, la mama de Marinito, en levantadora hablaba con los policías y al parecer la fufurufa ya estaba subida en la patrulla.
En la sexta pasada ya no había nadie allí y Ardú estaba abierto de nuevo… paramos y nos bajamos a preguntarle a Rodrigo los detalles del asunto y ahí nos enteramos que había sido la esposa de Rodrigo quien llamó a la policía dizque porque iba a prevenir que violáramos a esas pobres muchachas. Que la mama de Marinito cuando llego cogió a cachetadas a su ejemplar hijo y que la fufurufa se había ido –al parecer de fiesta- con los 4 policias (¡!)

lunes, septiembre 17, 2007

inventos

Yo tenia una lista de los 3 mejores inventos de los ultimos tiempos:
- el control remoto
- el servicio a domicilio
- las empleadas del servicio

pero... antier, cuando tuve que llenar 85 boletas para una rifa en la Feria del Hogar, me puese apensar mientras las llenaba, que definitivamente un gran gran invento era el lapicero, o esfero o como lo quieran llamar... porque se imaginan que todavia tuvieramos que andar con el frasco de tinta y la pluma en el bolsillo o en la cartera?... y pidiendo prestado: "por favor... me presta su pluma? (y me presta su tinta tambien?)"
y como dice el slogan: "y cuáles son los tuyos?" (los mejores inventos por favoooor!)

viernes, septiembre 14, 2007

prendida

Fumar es perjudicial para la salud.
A casi todos los adolescentes nos da por creer que fumar si nos hace grandes, sexys y nosequemascosa.
El hecho es que haciendo el post anterior, me acorde de un día que estaba en una fiesta grande y supe que iba a llegar Ana Maria O. y entonces decidí salir a esperar su arribo. Claramente no iba a ir a recibirla porque ella ni me miraba, solo quería verla llegar y como yo pretendía que ella se fijara en mi, decidí que una de las mejores estrategias podría ser que me viera fumando.
Me conseguí una cajetilla de marlboro prestada (yo fumaba royal) y me fui a la puerta de la casa donde era la fiesta. Me pare con “paradito de puta”, es decir con el pie apoyado en la pared y apenas Ana Ma. se bajó del carro yo saque mi cajetilla muy lentamente, sincronizando cada movimiento para darle el tiempo suficiente a que ella pasara enfrente mío justo en el momento en el que yo le daba la primera bocanada al cigarrillo.
Efectivamente yo hice mis movimientos en cámara lenta mientras ella, reluciente, caminaba hacia la entrada a la fiesta… Me puse el cigarrillo en la boca, guardé la cajetilla tratando de asegurarme que ella viera que era de marlboro, abrí mi cajita de fósforos, cogí un fósforo, me lo acomodé entre los dedos y sosteniéndolo con el dedo índice, restregué su cabeza contra la superficie rugosa de la caja de fósforos con tal mala fortuna que la cabeza se desprendió del palito y se adhirió a mi piel, precisamente se adhirió a ese lugar donde están las huellas dactilares que uno cuando crece, tiene que dejar en todas partes.
Yo en esos momentos no sabia si mirar a Ana Ma. o mirar mi dedo, sin embargo, con la mayor naturalidad y muestra de resistencia al dolor que humano alguno hubiera sentido hasta ese entonces, continué con la acción de encender el cigarrillo y manteniendo mi dedito muy firme, prendí el cigarrillo y sople –como hacen los valientes- no la cabeza del fósforo, sino mi dedo que se apagó de inmediato, justo cuando Ana Ma. acababa de pronunciar la palabra “hola” con un dejo de total indiferencia y mucho menos admiración por la gesta heroica que yo acababa de realizar.

miércoles, septiembre 12, 2007

INVENTARIO DE DECEPCIONES

Este es un post de regalo de cumpleaños para una niña que no vive aquí sino al sur y que cuando me conoció me dijo algo así como que si a mi todo siempre me había salido bien en la vida con respecto a las mujeres… que si no me habían puesto cachos o algo así. Bueno, para ella: aquí están algunos de mis fracasos.
Cuales habrán sido mis mas terribles decepciones amorosas?... Solo nombrare las mas terribles, de las otras no hablare porque primero francamente no me acuerdo y segundo, me habrán dolido tanto que todavía les tendría piedra a las viejas que me dijeron que no, que no señor, eso no cabe allí.
Empecemos:
- La profesora Teresita, mi primer amor en Kinder… muy muy difícil conquistarla, tanto que ni siquiera ella nunca lo supo… pero mi mama si.
- Giomar M, ese si fue mi primer amor pero sin concretar nada, excepto una ida a cine a ver “Tiburón” en la cual el “mulato” Córdoba me hizo pasar una de las vergüenzas mas grandes cuando le dio por llevar su alcancía para poder invitar a quien el quería invitar y no tuvo el menor reparo de romper la alcancía ahí mismo, en frente de la cola (o fila para mis admiradoras extranjeras) y empezar a juntar monedas hasta de 5 centavos para completar los 17 pesos con 50 centavos que costaba cada entrada a cine.
Con Giomar el acercamiento mas húmedo que tuvimos fue que un día jugando basket. Ella, por quitarme la pelota, me metió sus dedos a mi boca… sucios pero deliciosos. Literalmente tuve su sabor en mi boca por mas de 8 horas. Al otro día jugué toda la tarde con la boca abierta a pesar que ella no estaba ahí.
- Juemadre… tengo lagunas… será al Alzheimmer?
- Ana Maria, con quien las cosas fueron mucho mas difíciles porque tenia novio con moto y carro, yo andaba a pie, con un poco de amigotes que no ayudaban y que por el contrario, cada vez que me la encontraba en una fiesta y apenas la sacaba a bailar empezaban con la montadera hasta que me hacían quedar parado al lado de ellos sin decir y ni siquiera pensar absolutamente nada solo como unos idiotas parados ahí, viendo bailar a los demás y nosotros fumando y bebiendo hasta embrutecernos y después tenernos que aguantar a mi primo que daba lora por mil. La única gracia del asunto es que cuando volví a mi tierra después de ya ser “dotor”, me la encontré y ella me paro mas bolas que de costumbre y al final pude decirle que no, que muchas gracias pero que ya mis ganitas se me habían pasado gracias también a su indiferencia que en ese entonces me hizo daño, mucho daño.
-Marinita (no Otero… otra). Mamacita, le dedique una tarde completa de mi vida, le regale mis mejores pasos de baile, gaste mucha plata ese día, le conseguí autógrafos de todo el grupo Niche, le regale el disco después (acetato en ese entonces), le dedique mil sueños y hasta baile con ella imaginariamente. Me invito a su grado de bachiller, pero ella tenia un novio con el que compartiamos los mismos gustos, con la diferencia que el no solo me llevaba como 8 años, era casi medico, tenia carro propio solo de el, vivia solo, era muy inteligente y yo solo era un muy buen amigo de ella. Ella me miraba con compasión y me presentaba muchas de sus amigas pero yo solo queria con ella. Me encanto saber que se divorcio a los 2 años de casada y cuando la vi hace como 2 años, yo estaba radiante y ella llevaba una mirada bastante triste. Cruel no?
- Sandra V… mamacita. Solo 2 veces pude bailar con ella en toda mi adolescencia y no fui capaz de abrir la jeta para decirle ni siquiera te amo, o algo parecido. Ella era de las “grandes ligas” de mi pueblo. De hecho su publico objetivo era de mas de 20 o 22 años, mientras ella y yo tendríamos unos 16-18?. Obviamente también tenia novio grande y hasta me impresione cuando el novio de una prima mía, un tipo que era “muy cotizado” resulto con unas fotos de ella en bikini, cosa que ni siquiera pensaba que fuera posible porque nunca la había visto en esas. Obviamente una de esas fotos fue robada y ayudo mucho en las horas de soledad.
En un diciembre no muy lejano la tuve muy cerca, hasta me invito a pasar el 31 de diciembre a la finca de su familia, yo había ido a visitar a la mía y no me perdonarían que los dejara ese día. Estaba seguro que a nuestro regreso a Bogotá yo iba a tener mi oportunidad. Como yo no fui, invito a un grupo de amigos, entre esos a Guillo. A los 10 días, cuando regrese a Bogotá la llamé y Guillo le estaba haciendo cosquillas.
Hace como 1 año la vi por los lados del barrio donde yo vivía y se me pareció a una tía… Pensé: mi tía debió haber sido una mamacita cuando joven.
Juemadre… mas lagunas, pero apenas me acuerde les cuento.
Marta Constanza. Una mujer casi de mi tamaño y la primera vez que me dio un abrazo se me metió una vaina por dentro que de verdad verdad, no puedo explicar. Solo en ese momento pude pensar que uno puede encajar con otra persona tal como encajan las fichas de lego. Nada de macho con hembra o algo asi… no, era toda la pieza. Me sentí encajado. Lo malo es que ni su novio me dejaba arrimármele, ni su gusto por un amigo mío tampoco. Ella estaba cuadrada pero vivía enamorada de un amigo mío y se la pasaba diciéndome cosas como: No has visto a C?, que ha dicho C?. C ya termino con su novia? Tan lindo C, C me llamo, C de miro, C caga divino, C se saca los mocos de una manera hermosa, Quisiera ser la mano de C para rascarle las guevas, etc… cosas tan agradables para uno, el que esta tragado que ni les cuento. Al final Marta Constanza termino con su novio –yo estoy casi seguro que el man era un peluquero- y nunca pudo concretar nada con C, porque C ni siquiera la volteaba a mirar y cuando yo me cuadre con otra vieja, ella ya me voltio a mirar con ojitos de “comeme” pero yo ya estaba lo suficientemente satisfecho para hacerle el feo. Como 2 o 3 años después nos reencontramos y salimos. A las 11 de la noche me pregunto si sabia algo de C, yo le dije que no… le dije: “ya vengo, voy al baño” y salí del Gato Negro y me fui para mi casa y la deje allí pagando la cuenta y todo. Ayer la volví a ver y ni me saludó.
- Liliana P. Era la novia de uno de mis mejores amigos. Muy bella porque sobretodo no era la belleza similar a la de las mujeres de mi tierra. Ella era blanca, de pelo negro, muy rola y además se las daba de inteligente. Nos reíamos mucho y yo creo que por eso y porque me llamaba a invitarme a tomar cafecito por las tardes y a reírnos y a hablar de cosas muy interesantes como por ejemplo el crecimiento del pasto en el parque que quedaba al lado de su casa o de temas tan complejos como el color de las nubes en los atardeceres de mi tierra… cosas que no podía hacer con C, mi amigo. Quizás por eso yo “confundí las cosas” y casi me soltó la carcajada cuando le expresé que quería que fuera la madre de mis hijos, la abuela de mis nietas y que nunca, nunca nos íbamos a separar. Es que casi todas las viejas decían que C era igualito a Tom Cruise y en esos días estaba super de moda Top Gun.
- Clara G. Era la novia de otro de mis mejores amigos y vivía justo en la cuadra de atrás de la casa de Liliana P. Allá iba yo a hacer visita cuando no encontraba a Liliana o cuando mi amigo C estaba donde ella. Y termine encantándome de Clara porque la decepción fue muy brava. El problema fue que Jairo Manuel, su novio, se enteró y un día, cuando hacia otra visita en un sitio diferente, muy cerca de la casa de Jairo Manuel el se me acercó para decirme: “Sabes que?... cuidate!” y yo, entre asustado y envalentonado, le dije: cuidate de que? Mas bien cuida a tu novia porque bien aburrida que esta de vos… y le deje sembrada la cizaña de tal manera que obviamente hubo terminación y posteriormente llamada de Clara a reclamarme por haberme puesto de lengüilargo. Eso no me lo perdono sino como hasta hace unos 10 años, cuando nos encontramos de nuevo en Bogota, conversamos y por supuesto nos reímos… pero el culo tan divino que tenia se había transformado en una masa muy grande y su sonrisa ya no era la misma… chao pescao.
Sonia. La conocí por el trabajo. Tenia novio pero estaba bellísima. Me acepto 6 u 8 almuerzos y me regalo mil sonrisas pero estaba a punto de casarse. Nunca le dije todo lo que me gustaba y me dio durísimo cuando me entere que estaba embarazada de su primer hijo. A pesar que no se cuido mucho durante el embarazo estaba regia dos meses después del parto. De su segunda hija nos enteramos aquí en la sede de mi trabajo, cuando estábamos hablando en un sitio muy privado (el baño de mujeres) y la llamó su esposo a contarle el resultado del examen… su reacción fue vomitar… vomitar y vomitar. Cuando la veo se me para.
Esto definitivamente da para una segunda parte…pero cuando me acuerde.

viernes, septiembre 07, 2007

La segunda de Jairo

Se acuerdan de Jairo? Al que su hijo se le robo un botellón de whisky y nosotros le ayudamos a gastárselo?. Bueno, de ese mismo Jairo tengo la otra historia:
En mi pueblo había un tipo muy conocido: don Salvador Barrera, quien tenia un programa de radio que hizo historia allá en mi tierra y con un nombre genial “Guasquilazos”, que simplemente se dedicaba a destacar los mas popular, musical y útil de la vida campesina ya que mi departamento, pa mas señas doña Agustina, es muy rural.
En todo caso, Guasquilazos era un referente para las muchachas del servicio y por supuesto para uno mismo que se la pasaba en la cocina esperando a ver que iban a dar de comer (malpensados! Comida=comida, de frutas, verduras, proteínas, cereales y esas cosas… comida de verdad, no comida de gente… yo no soy de esos). Por Guasquilazos uno se enteraba que la señora Domitila Volverás le mandaba una razón a su comadre Segunda Achinte, para que le devolviera los platos que le tenia cuando le mandó a regalar un plato de ternero. También oíamos que Amanda Chicangana le declaraba su amor a Tobías Tose con la canción “Ese pajarito tuyo” que era magistralmente interpretada por “Los hermanos Vitonas Rosendo”, quienes a veces lo hacían en vivo (y por supuesto no se les oía mucho) o a veces en magistrales grabaciones que don Salvador Barrera hacia en sus frecuentes paseos por los municipios de mi departamento, y en las que se alcanzaban a oir comentarios al aire mas o menos como estos: “sírvame otro don Gregorio!”, “Que no se me vayan a ir esas muchachas que ahora les toca bailar”, “quiubo don Salvador de la plata que le preste” o “que ni mujer me vea en estas”
Pero lo importante del cuento es que Guasquilazos (ese nombre esta bueno para un bebedero no? Un amanecedero o un alquiladero de hamacas, algo así no?) era patrocinado por el almacén Apolo 11, nombre que quizás provenía de un homenaje que Salvador le quiso hacer a esta nave que marco un momento histórico, pero que no tenia nada que ver con su actividad comercial: la compraventa de ropa usada.
El Apolo 11 era la referencia cuando uno se quería burlar de la pinta de alguien… ya fuera en la calle, colegio, fiesta o lo que fuera. El comentario: “ay.. y esa blusa que? la compraste en el a polo 11?”, generalmente iba acompañado de una risita irónica o de una carcajada incontenible.
Lo verdaderamente interesante comenzó cuando descubrimos que la ropa que vendía el Apolo 11 era nada mas y nada menos que la ropa proveniente de casas como la mía. Precisamente era esa ropa que se nos quedaba chiquita o que ya no nos gustaba o que simplemente ya no usábamos por vieja, fea, pasada de moda o lo que fuera… y un día, mi hermana decidió ir a ofrecer la ropa que ella ya no quería al Apolo 11 y resultó regresando con casi $50.000, lo que sin duda era una fortuna para la época y con lo que se dio gustos como casi 1 mes.
Por supuesto yo también empecé a buscar ropa y a duras penas encontraba blue jeans rotos, pantalones rotos, camisas y camisetas rotas, chaquetas rotas o mareadas… en fin… mi ropa no servia porque? yo no se porque… pero creo que algo debe haber de cierto en esa frase que dice: “grande y acabaropa”.
Entonces, le pedí permiso a mi mama que me dejara esculcar en su closet a ver si encontraba algo para vender pero se negó… mi papa lo mismo. Me acorde que debido a una calamidad, en la casa de mis tías –vecinas a mi casa- había un cuarto casi lleno de ropa que habíamos recibido de otros países y les pedí a mis tías que me dejaran ver si podía encontrar ropa, con la disculpa que era para los amigos de unos amigos de unos amigos míos que estaban muy mal de ropa. Mis tías por supuesto accedieron al ver mi buena voluntad que había florecido en esos días, pero también me encontré con la decepción que salvo algunas muy pocas prendas, no había nada en buen estado y por lo tanto no era posible de vender en el Apolo 11 porque la única condición que ponían allá era que la ropa tenia que estar en buen estado.
Ya medio desesperado porque el fin de semana estaba muy cerca y mis amigos y yo ya habíamos puesto en la mira a unas niñas muy queridas porque había un “festival” (léase bazar) en uno de los colegios femeninos mas prestigiosos de mi ciudad. Recurrí primero a Carlos Eduardo, quien se puso en la tarea de buscar en su casa a ver que encontraba (imagínense lo que podia encontrar… si era el 2º de tres hermanos hombres… y huérfano de madre!) y después busque a Jairo Manuel, quien me dijo mas o menos en el lenguaje de ahora: “Marica, aquí hay cantidades de ropa marica!, guevon, mi papa y mi mama tienen muchísima ropa para regalar y botar y no saben que hacer con ella guevon”.
Yo creo que ahí me salieron el signo pesos en los ojos y corrí a coger un bus para irme a la casa de el dizque a ayudarle a empacar la ropa para irnos al Apolo 11.
Y de verdad había mucha ropa… nos salieron como 10 bolsas “del ley” (es decir del almacén Ley, que era el Éxito de ese entonces) apretadas y llenas de ropa y hasta cogimos taxi para ir al Apolo 11.
Pero nos resulto una mala estrategia, porque nos encontramos que quien atendía el almacén era la esposa de don Salvador, yyyy ahhhh vieja amargada y tacaña… además se aprovecho que éramos verdaderamente idiotas para negociar y nos termino ofreciendo casi $40.000 por mas o menos 5 veces lo que había llevado mi hermana… claro… si la hubiéramos llevado de a poquitos habríamos alcanzado mas plata.
Pero decidimos aceptar porque ya era viernes y el domingo era el festival y nos embolsillabamos $40.000 que no tenían y que esperábamos nos alcanzara por lo menos para unos dos fines de rumba porque en ese tiempo la botella de aguardiente costaba mas o menos $5.000 en discoteca y unos $2.000 en la calle…. Imagínense.
El hecho fue que al final nos divertimos como enanos en orgía, o como enanos en piscina… o como enanos en parque de aventuras… en fin, como enanos y la pasamos muy rico gracias a la tumbada que nos pego la esposa de don Salvador.
El problema fue que nos quedo gustando la vaina y después de volver a revisar nuestras casas, apenas encontramos cositas que pudimos vender por ahí en $10.000 y quedamos en los rines (para el público internacional: en las llantas, es decir sin gomas).
Como una malsana actividad pero que a veces nos traía algunos beneficios inesperados, Carlos Eduardo y yo, habíamos cogido la costumbre de darnos una vuelta por las discotecas y bares de nuestra ciudad, por ahí a eso de las 12 de la noche o despuecito, para ver que encontrábamos… como carroñeros, a veces nos topábamos “paseos bugueños” es decir, grupos de gente con mas viejas que hombre o al revés… pero también nos encontrábamos algunas veces parejas disueltas y por lo tanto novias despechadas, mujeres solas (muy pocas veces, pero si algunas) y señoras contentotas, que no son mas que lo que hoy es conocido acá en Colombia como cuchibarbies.
Y un día de estas andanzas, la sorpresa fue grande cuando nos encontramos con nuestro querido Jairo Manuel, muy amacizado con una niña que era muy cotizada en mi ciudad y que seguramente le estaba haciendo gastar lo que no tenia a Jairo Manuel. Por supuesto hubo llamado al orden y en el baño nos contó que la vieja le había aceptado una invitación y que el había tenido que empeñar la grabadora para poder salir con ella. Después de las respectivas felicitaciones (nosotros no éramos envidiosos) y de nuestros ánimos a él para que llegara al menos a primera base (bueno, si éramos envidiosos… en esos casos… quien no lo es?) salimos y tuvimos que esperar hasta el otro día para que Jairo Manuel nos contara con detalles los resultados de su logro.
Al otro día llegamos muy a las 11 de la mañana a su casa y nos toco prácticamente despertarlo para que nos contara. Lo raro fue que nos dimos cuenta que la grabadora estaba allí y por supuesto Jairo Manuel no se había levantado a las 8 am para ir a sacar la grabadora de la prendería, porque en el estado en que estaba seguro que llegó muy a la madrugada y seguramente sin plata.
Después del interrogatorio sentimental (o sexual) respectivo, procedimos al interrogatorio de la plata y ahí fue cuando nos dijo que era el resultado de la venta de la última ropa que le sobraba de lo que habían desechado sus papas y que por eso recibió muy buena plata (como $30.000) porque el que se la compró era don salvador Barrera y no la vieja jijueputa esa.
Pero el cuento no termina aquí… el cuento prácticamente empieza cuando un día me llama Jairo Manuel cagado del susto, casi llorando para avisarme que sus papa esta camino a mi casa porque me va a hacer el reclamo sobre los 2 pantalones nuevos de paño ingles y hechos por un sastre buenísimo de Cali, que según él yo le había robado para ir a venderlos al Apolo 11. Enseguida maquine un plan de fuga, le di a conocer a mi mama el motivo de la próxima visita de don Jairo y me fui a donde “naides me fuzgue”.
En esas estuve escondiéndomele a don Jairo casi toda la semana, ya que todos los días el señor iba a mi casa a buscarme, pero no se atrevía a decirle nada a mi mama o a mi papá, porque de pronto sabia que mis papas lo iban a poner en su sitio, ya que yo en esta vida he podido ser mal estudiante, vago, perezoso o lo que sea, pero ladrón no.
Todos los domingos nosotros coincidíamos con don Jairo en la cancha de basket y yo fui porque uno se deja convencer de ese cuentito que dizque “el que nada debe, nada teme” pero apenas llegue, don jairo se me acercó bastante bravo a hacerme el reclamo y me toco prácticamente quitarme a don Jairo de encima empujándolo porque el hombre ya me estaba baboseando con sus gritos.
En ese momentito un poco de gente que no quería a don Jairo, por su modo de ser altamente influenciado por su ex actividad profesional, se interpuso entre el y yo, con mas ganas de pegarle sus coscorrones al viejito y mas bien apoyarme a mi.
A don Jairo no le quedo otra que irse de la cancha, balbuceando una amenaza por la que Jairo Manuel se disculpo ante mi, pero ahí si le tuve que decir que la única manera de arreglar el asuntito era recuperando los pantalones del papa en el mismo almacén.
Por supuesto, Jairo Manuel fue al día siguiente a buscar los pantalones y resultó que ya los pantalones no estaban en venta. Prácticamente desbarataron el almacén y no los encontraron… y al momentico llegó don Salvador Barrera estrenando… si señoras y señores! Estrenando pantalón!.
A Jairo Manuel la reposición de los pantalones le costó no solo los $60.000 pesos del paño y la confección sino casi 3 meses sin mesada, sin carro y sin siquiera poder saludar a su papa, porque don Jairo no le perdonaba ni el robo de los pantalones ni la vergüenza que le había hecho pasar al confrontarme a mi delante de casi todo el barrio que después se enteró de la aventurilla de Jairo Manuel.
A mi, don Jairo terminó regalándome dos boletas para ir a ver a Millonarios en el estadio de Cali y las disculpas permanentes, que a pesar de que han pasado mas de 20 años, todavía me extiende cada vez que lo veo.

lunes, septiembre 03, 2007

Mi peor susto

En realidad tengo muchos grandes sustos: sobreviví a un terremoto, un día alguien que yo creo que era un sicario me apuntó a la cabeza con una metralleta, otro día tres personas que yo creo eran militares borrachos me apuntaron con pistolas y revólveres, otro día tuve que saltar un muro porque nadie podía enterarse que yo estaba en esa casa a esas horas (6:30 am), también una vez tuve que correr y correr, mucho, mucho cuando con mi papá nos metimos a un potrero en donde no sabíamos que habían toros de lidia, en fin… pero yo creo que el peor-peor si fue este:
Tengo 27 años, estoy haciendo mi tesis mientras me recupero de una fractura en un tobillo, al cual le acaban de quitar el yeso. Pongo el radio y escucho que se necesita con urgencia sangre O+ para una niña de 6 años, en la clínica Marly de Bogotá (a propósito ustedes sabían ese bello mito que cuenta que si uno llega a la Marly con algún malestar leve, sus posibilidades de sobrevivir son menores al 5%?... ese es uno de los grandes misterios de la humanidad, he oído varios casos de personas que llegan allá para un chequeo o algo asi y terminan descerebradas o en coma profundo.. en cambio las que llegan gravísimas se salvan también en un buen porcentaje).
Bueno siguiendo con el tema, resulta que yo siempre he considerado que donar sangre es una de las mejores cosas que puede hacer un ser humano, sobretodo porque aparte que creo que le sirve a uno, uno perfectamente le puede salvar la vida a alguien y no creo que haya algo mas “priceless” que eso. Pocos años antes de la época mencionada, incluso me iba a donar al Hospital Lorencita Villegas de Santos y allí supe que mi sangre era muy valorada porque con mi sangre podían atender a 3 o 4 niños… incluso algunas veces las personas encargadas de Hematologia (creo que se llama así) me llamaban a mi casa a pedirme el favorcito (ehhh.. malpensados) de donar porque había alguien grave o algo así, y sabían que yo a eso no le ponía ningún pero.
Continuemos: Cojo un taxi, todavía apoyándome en un bastón llego a la clínica, me identifico, en ese momento no había nadie mas en la sala, la enfermera me dice que debe primero tomarme una muestra, yo accedo y me pincha el dedo (me salio en verso). Empieza a llegar gente a la sala y pasan 5, 10, 15, 20, 25 minutos… la sala absolutamente llena, 30 minutos, 40 minutos, yo me empiezo a desesperar, 45 minutos, la enfermera llega con un medico, me miran y se van, vuelve el medico con otra señora, la cual no tenia ni uniforme ni nada, solo un vestido sastre… se van, yo me empiezo a poner muy nervioso, la gente que esta en la sala me mira y me mira. Nuevamente la enfermera sale, se acerca y me pregunta:
- “Señor J, usted de verdad ha donado sangre antes?”
- Yo contesto con un dejo de preocupación: “Si señorita”
- Señorita: “Y en donde?”
- Yo, cada vez mas nervioso: “En la Cruz Roja de mi pueblo, en el hospital universitario de mi pueblo, en la Cruz Roja de Bogotá y en el Hospital Infantil Lorencita Villegas de Santos”
- La señorita solamente me mira, sube sus cejas… y se va!
Y empiezo a sentir que todas las personas que están en la sala cada vez me miran mas y mas y yo me estoy muriendo del sofoco, no aguanto!
Sale el medico y la señora en sastre y con una hoja de papel… me llaman a todo pulmón: “el señor J”.
Y yo agachadito : “sssiii?”
El médico: Por favor siga conmigo…
Ustedes han oído lo de que le pasa a uno toda la vida por delante justo antes de morirse? Pues yo lo viví!... mejor dicho, lo único que me falto fue lo de la paz interior y lo de la luz al final del túnel. Nunca he hecho el inventario que hice en ese momento. Todo lo vivido, todo lo comido y lo dejado de comer.
A medida que caminaba detrás del médico y de la señora de sastre gris, me iba sintiendo cada vez mas chiquitico, diminuto. A los 10 metros el medico se para, abre una puerta y hace pasar ala señora y después a mi… se sienta, me pide que me siente –aunque yo ya me sentía no solo sentado, sino que prácticamente enterrado en arenas movedizas, con solo medio cuerpo afuera y un brazo estirado clamando por salvación.
Y el medico abre una carpeta, lee algo mentalmente, me mira por encima de sus gafas y me dice:
- Señor Montilla, usted venia a donar sangre para “fulanita de tal” no?
Yo: - Si señor
Medico: Y usted ha donado antes… verdad?
Yo: - ssssiiii (muy, muy temblorosamente)
Médico: Y usted sabe que usted tiene un problema?
Yo: - nnnooo… unnn proooobleeeemaaaaa???
Médico: Si. Usted lo debe saber.
Yo: (absolutamente mudo… ya ni me acordaba de con quienes me había acostado ni nada… solo pensaba en lo que diría mi mama)
Médico: Si! Usted tiene (pausa mientras mira a la señora del sastre gris) POLIGLOBULINA!!!!
Yo: (apenas oí las primeras sílabas… ya sabia!) GLOBULINA!!! Y gran sonrisa en mi rostro… gran.. gran sonrisa!
Médico. Y es que el problema es que la niña para la que usted viene a donar, no puede recibir su sangre porque su sangre debe ser sometida aun tratamiento para que se apta para ella y el caso es de urgencia… Además usted debería someterse a un tratamiento para rebajar ese alto contenido de glóbulos rojos porque eso también puede llegar a ser perjudicial para su salud y por eso es que he invitado aquí a la doctora zutanita de perencejo, quien es una asesora comercial de la Clínica Marly, para que le de a conocer nuestros tratamientos y correspondientes costos…
Yo: (muerto de la risa… absolutamente vuelto a nacer) ah si? Que maravilla!... claro! Dígame no mas!
La señora: Bueno señor, este tratamiento que usted debe hacerse es un hemanoseque y blablablabla y que le cuesta la cómoda cifra de nosecuantos miles de pesos que por mi condición de estudiante haciendo tesis, yo no me podía dar el lujo de pagar y mucho menos me interesaba hacerme ese tratamiento porque al fin y al cabo ya estaba dejando el cigarrillo y además me iba a devolver a mi tierra, un poco mas lejos de las estrellas que Bogotá, factores con los cuales sabia que podía bajar los niveles de glóbulos rojos de mi sangre.
De hecho, en el hospital Lorencita Villegas querían mucho mi sangre precisamente por ese exceso de glóbulos rojos, cosa que se demostró meses después cuando volví a Bogota y fui a donar y me dijeron… ay! A usted como se le ha bajado el nivel de los glóbulos rojos no? Es que no esta comiendo bien? O que fue lo que le paso?.
Bueno, pero retomando mi aventura en la Clínica Marly… Salí por sus pasillos muy feliz, caminando lentamente y muy feliz, recordando mis andanzas sin condón, saludando a todo el mundo… pero a medida que iba saliendo me fui envenenando también contra el médico que me había “atendido” y decidí devolverme al banco de sangre, le pregunte a la enfermera por el nombre del médico, que no se me olvida y espero que sea lector de este blog: Rafael Tobo y le pedí que me lo llamara… y ahí mismo, cuando salio, delante de toda la gente que estaba sentada le dije: “Sabe que doctor?... déjeme decirle que usted es un granhijueputa!” y salí corriendo como si no existiera tobillo convaleciente.